Un sector agrícola resiliente y en transición hará frente a los desafíos y aprovechará las oportunidades.
El pasado mes de diciembre la Comisión Europea actualizó sus líneas de trabajo para el futuro. Teniendo en cuenta las incertidumbres sobre la evolución económica y las relaciones geopolíticas y comerciales, el informe “Perspectivas agrícolas de la UE para 2023 – 2035” recoge las proyecciones que se derivan de los 28 planes estratégicos de la PAC.
Según el comisario Wojciechowski, “El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos son algunas de las mayores amenazas a las que nos enfrentaremos en las próximas décadas, incluida la seguridad alimentaria”.
Así, este nuevo informe tiene en cuenta que la resiliencia de los agricultores de la UE seguirá siendo puesta a prueba por el cambio climático, las condiciones del mercado y la evolución de las demandas sociales. También supone que los costes de la energía y otros insumos se mantendrán por encima de los niveles anteriores a 2021 en el mediano plazo.
Por todo ello, para la Comisión, la Política Agrícola Común sigue siendo crucial para ayudar a los agricultores en la transición a sistemas de producción agrícola más sostenibles, al tiempo que se vuelven más resilientes y competitivos.
El informe de perspectivas, que cubre el período hasta 2035, analiza la posible evolución de la producción, el consumo y el comercio en cultivos herbáceos, lácteos, carne, aceite de oliva y vino.
También incluye un capítulo sobre manzanas, melocotones, nectarinas y tomates, analizados con detalle en algunos Estados miembros seleccionados.
Además, se evalúan dos aspectos de gran importancia:
- El impacto del cambio climático en los rendimientos agrícolas, el comercio y los precios de las materias primas a nivel mundial.
- Los impactos ambientales y económicos derivados de adoptar prácticas de gestión del suelo que promuevan el secuestro de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.